jueves, septiembre 27, 2007



lunes, septiembre 17, 2007


pancho el cucaracho coquetea con la señorita moscota
encendi un recuerdo para calentarnos
bebimos semillas, soplamos su fuego
todo era fuego, semillas
carecimos de otras luces. las noches se alejaron
viajamos en sus faldas
aparecia un sueño encajado en la distancia.
se quemaba animosamente un cuerpo en nuestra alcoba
con la tiza de sus huesos escribimos nombres en el humo
en la garganta del viento todo era otra cosa luego,
luego no era nada
abrazamos las cenizas y les dimos hambre nueva
todos eramos luz y humo intermitente
un tren sollozaba hundido en nuestra carne
se acomodaba en nuestros gestos el silencio
se hinchaban de silencio las comisuras
escurria gravemente el tiempo de los anaqueles
flores de polvo, corolas, toda piel era musgo,
caricia abandonada

martes, septiembre 11, 2007

en las hojas -que no en las calles-
cabe la mano alzada, el pisa papeles,
la pluma entera con todas sus palabras,
el clamor sombrío de los abrazos,
la tristeza de la hoja ultima
que se sonríe justo antes de pudrirse
en los anaqueles botánicos,
gimen secamente las ortigas,
los tallos, las ramas,
como viejas cartas
eructando pacientemente el adiós definitivo
también, entonces:
todo se me vuelve un bramido largo, sonoriento,
un vacío en el espacio firme de los sueños
un navegar a ratos, una mala sorpresa,
insostenible de viajes que me olvidaron,
como el árbol,
con mi sombrero, un paraguas y un boleto clavado en la mano.