viernes, enero 11, 2008

en mi casa, que es dolorosa, que por deambulatorio y paisajista no tengo más que el pecho por asiento y el bosquejo de mis exhalaciones por incidioso espejo de mis entrañas.
en mi casa se ha desprendido un ladrillo rojizo,polvoso y macilento, que de un sonido hueco y andrajoso como mala cancion soñò y resoplò un cuarto de dia y al desprenderse del aire y del mordaz agüero de tristezas ya incrustadas en su lomo cual manzanas de gregorio, vino a tenderme un suave dedo exasperado como la punta del latigo desplomado hacia lo oscuro de mi oido.
las lineas se cruzan, se forman, corren juntas -rio abajo, ombligo arriba; del sol ala sombra,del agua a la raiz, acaecidas en el papel de mis rodillas roidas sin palmas ni azafràn, a las seis y media de la mañana, abotagado mi sueño cercenò -sonrió- debajo de mis pòmulos esa estatua cocida de sol que era el buen tiempo,