martes, mayo 27, 2008

en el sueño del aurora, distante como gritando desde el baño a la cocina, como el sueño de la anemona, precedí mis intenciones, sujete largamente un bisturí, un tazon de arroz y cuatro estrellas desconocidas, sin metronomo ni excesos deshebré saboreadamente el cuerpo, raído como olores viejos, sacudí una dentadura sin gestos, ni socorros, apenas adherida en mí el agua acumulada de las noches en mis patios, relamí la tierra, que se iba quedando sola y macilenta.

algunos respiros mas tarde, respiros de selva, hinchazones aflijientes, suspiros caucasicos, cuaternarios, de oquedad, de piedra oscura y retadora aureé tres miradas bajo el hombro, viré y abrí los ojos como bocas, con una gran lengua en medio que retozaba entre el sabor del viento, me desdoblé; corrí, me apuré, cometí tres omisiones con mis tres miradas, enumere otras tantas cosas, que borrosas derrito con el candor de la inocencia, diluí algunas nubes entre mis abiertas y deserticas manos.

despues de la afliccion, limpie mis instrumentos, una zozobra, dos laudes nuevos, una fila de dientes impecablemente rechinantes, como murcielagos, una sed con distorsionador: desde aire cuerpo pedestal, hasta entraña tumba olvido, los acomode bien a todos. Cerre la caja.

en un rato pequeñito, deshaucié, rompí los goznez, eché fuego sobre lo ultimo de mi, conserve solo el color, piel desnuda de piedra ignorada, carne esteril, osamenta del mundo, solo por no moverme.

martes, mayo 13, 2008

no perderse un desastre, ni el hueco golpe al costillar de un suave trueno, voz estallando en el suelo, brillando cada salto de tus partes, el tambor desconocido, la fluorescencia de algunas plantas, bulbos y circuitos.. no muy adentro, no en el gozne ni en la lluvia que se encharca maloyendolo todo, no beber espacio en blanco ni agua magra como mala fe ni mala espina, ni buena espina ha herido la mano que empuja al rocìo a la hondura plastica y olorosa de pasos largos y brazos ceñidos de cromo y nervios, humos y ventanas sordas y mordaces de regreso a la aguja primordial con que surcen sus vestidos los hijos de las luces.