en la garganta, luego en los ojos:
el escozor, la niebla abrazando
la pared, los objetos dentro de ella,
el cable, mis tenues insinuaciones
de cabina telefonica, sin efecto
claro, ni nauseabundo,
apenas vueltas, giros, comehierbas,
el silencioso tiempo navegando,
el delicioso naufragio, suculento retozar
entre tiernas y nulas horas,
una interminable sucesion
de dias sin objeto definido,
ningun puente se construye, ningun ebrio se desborda,
ninguno de los que he sido basta para
ser otra cosa,
ni un hielito que se hunda con los dedos
ociosos, ni una tarjeta postal,
un volante debajo de la puerta,
cualquier papel funciona,
para hablarnos es cabal la aurora,
perniciosa, brutal para la savia,
el sepia, la saliva,el color.

el caracol lagartija lucha contra la mosca romana

pancho el cucaracho coquetea con la señorita moscota

encendi un recuerdo para calentarnos
bebimos semillas, soplamos su fuego
todo era fuego, semillas
carecimos de otras luces. las noches se alejaron
viajamos en sus faldas
aparecia un sueño encajado en la distancia.
se quemaba animosamente un cuerpo en nuestra alcoba
con la tiza de sus huesos escribimos nombres en el humo
en la garganta del viento todo era otra cosa luego,
luego no era nada
abrazamos las cenizas y les dimos hambre nueva
todos eramos luz y humo intermitente
un tren sollozaba hundido en nuestra carne
se acomodaba en nuestros gestos el silencio
se hinchaban de silencio las comisuras
escurria gravemente el tiempo de los anaqueles
flores de polvo, corolas, toda piel era musgo,
caricia abandonada

en las hojas -que no en las calles-
cabe la mano alzada, el pisa papeles,
la pluma entera con todas sus palabras,
el clamor sombrío de los abrazos,
la tristeza de la hoja ultima
que se sonríe justo antes de pudrirse
en los anaqueles botánicos,
gimen secamente las ortigas,
los tallos, las ramas,
como viejas cartas
eructando pacientemente el adiós definitivo
también, entonces:
todo se me vuelve un bramido largo, sonoriento,
un vacío en el espacio firme de los sueños
un navegar a ratos, una mala sorpresa,
insostenible de viajes que me olvidaron,
como el árbol,
con mi sombrero, un paraguas y un boleto clavado en la mano.

en tu silencio sabia extrañarte
maldecir buscar tranquilamente
las raices el alba el perfume detras de cualquier puerta
preveerlo casi todo el insomnio la gula
recorrer angustiosamente los bordes las lineas el sonido
ya te oia en tu ausencia sin flores ni luces tiernas ni mariposas
ya decia : tu rastro un poco de tu pelo
la arena de tus secretos.
ya no se decirte nada
quedate si es tu sitio
o desprendete en silencio tibia sombra
libera lentamente el sol que hundiste entre las piernas

respiro caricia, de tus hombros, tus conciertos, saliva resbalamente abajo hacia mi estomago,
la tarde se muere en silencio, como un viejo.

palideciendo. el fondo argulle,ladra sofocantes derrotas. arborea,como una carta contestandose a si misma. se recluye,recoge, se encierra en mi garganta,revienta. me diluye. camino,voy arrastrando pesado mi cuerpo.miro ultimamente el mundo,distingo que vamos perdiendo juntos la avaricia, nos servimos tan poco, un vaso de agua nos contiene, nos evaporamos lentamente uno para el otro. volaremos. Nada terminara aqui.

HAY UN PERRO QUE ME QUIERE

alla voy con mis palabras

con mi puño de sal en la mano

lanzo ritmicos saludos que regresan como ecos,

que el aire abate siempre,

filigrana de las horas,

me seco lentamente como un charco

mi carne se agiganta al cubrir la tierra

de mi sol delgadas venas cuelgan,

llameantes de palabras

se ahogan raudas como besos

que atormentan en toda la inmensa distancia

hasta tus labios.

perdi la bruma/elcalor vicioso de3 algunos meses

olvide extender la mano/fregar mi cuerpo por donde transitan

los olvidos cada noche/sigilosos... vienen a clavarme sus piedras en los ojos

prefiero la blanca ausencia,
la gris acera, el césped sucio de domingo,
el calor nocturno de una imagen,
ver desde otros ojos, escuchar desde otros labios,
cantar convulsión, rezar dispersión, hilar mi voz bajo la madera.

mi vaso esta repleto, se despabila y revuelca,
se vuelve a llenar. de moas, de aves sueltas,
trastos,
tubos de dentífrico
con furia y tristeza sobre si mismos.
anido cópulas,
cláusulas;
un fuego viene dentro,
viejo como el tapiz de mis abuelos, con sus pantalones anchos y sus lentes pardos,
sus ojos rubicundos,
sus manos montañosas.
cíclicas mis voces, aortìcas mis cuencas,
horadadas mis camisas,
fabulosas mis anémonas y rituales y autobuses
moribundos
como cuevas
perdidas entre la hierba grande
oculta también entre los cerros;
atesoro silencios,
espacios yertos donde sembrar endurecidas semillas,
postes sin cableado,
como barcos subterráneos
zarpando surcando encallando
en el mismo estrecho cubil de mis sin remedios;
prefiero a las calles sin nombre,
al fuego sin boquilla,
al estertor tierno de un sueño
inesperado:
zurcir como cometa la herida
invisible de mi poco visible

la felicidad es un caramelo envuelto en papel brillante.
cuando se come, todo lo demas se vuelve basura.